domingo, 31 de enero de 2016

Una cucharadita de miel, por favor. (I)

Mi abuela siempre decía que cuando me fuera a tomar el jarabe preparase una cucharadita de miel, porque si amargaba, me tomaba rápido la miel y así sabría mejor.

Lo que voy a contar no es sea amargo como el jarabe ni que sea mentira, es bonito, o por lo menos para mi lo fue, pero a lo mejor lleva una cucharadita de miel para que sepa aún mejor:

Por lo que recuerdo era verano, tendría yo unos veinte años (ay madre, ¡qué mayor soy ya!) Estábamos en la fiesta de Una amiga que estaba celebrando en su piso de alquiler. Yo había invitado a Alguien, un amigo de toda la vida que había bajado al pueblo a pasar el verano. Estaba nerviosa, porque días antes estuvimos hasta altas horas de la noche hablando por el Messenger (el Whatsapp de la época) y me había parecido entender como que en la fiesta podría ocurrir algo entre nosotros; no fue una cosa instantánea, si no que llevábamos un par de meses con un tonteo nocturno que me gustaba mucho. El día antes de la fiesta, tomando café, como tenía mis dudas de si había malinterpretado algo, se lo pregunté directamente (¡¡PERO QUE TONTA ERA, POR DIOS!!); él se sonrojó me apartó la mirada y me dijo "No sé; si surge..." y en mi cabeza yo gritaba: "¿Pero cómo que si surge...? ¿eso que es de si surge...? ¿No ves que ahora voy a hacer todo lo posible para que surja?" sin embargo, le miré como una boba y sólo dije "ahm..." con cierta decepción.

Así que allí estaba yo, en la fiesta de Una amiga, con Otra amiga y Alguien, que apenas conocía a nadie de allí; Una amiga estaba tirándole los tejos descaradamente, y por si acaso, llegó la visita sorpresa de mi amiga, una amiga común de Alguien, Otra amiga y mía que llevaba incomunicada varios días y que venía con cara de dar pena y necesitar consuelo. Toda esa situación me hacía ponerme más nerviosa, así que aunque por fuera fingía normalidad, por dentro estaba fijándome en cualquier ligera señal que pudiera darme Alguien para que surgiera algo, mientras que procuraba que la gente que nos conocía no pasase mucho tiempo con nosotros sin parecer una borde estúpida; él sin embargo, estaba más ocupado en disfrutar de la fiesta y la gente, cómo le admiro por aquel temple. Mi amiga, por otro lado, comenzó a contarnos, sin que nadie diera pie a ello, por qué había desaparecido últimamente; ahora, con el tiempo, me arrepiento de mi comportamiento; pero entonces, pasé de ella; mi cabeza no estaba en plan "amiga" justo esa noche. Y sin saber como, Mi amiga y Otra amiga se pusieron a hablar entre ellas y hubo un momento de complicidad en el que le dije a Alguien que viniera para comentarle una cosa en privado. Estábamos en el pasillo, vino Una amiga a molestar y meter cuello, él la despachó amablemente diciendo que ahora íbamos con los demás, que teníamos que hablar unas cosas, y cuando se fue me dijo de meternos a hablar en el cuarto de baño donde nadie pudiera interrumpirnos.

Mi corazón comenzó a bombear salvajemente ¡Estaba surgiendo! ¿Estaba surgiendo? No lo sabía, mejor dejarse llevar. Dentro del baño hacía frío, y estaba bastante lúgubre, me senté encima de la tapa del retrete con una pierna cruzada, y él se sentó en el borde de la bañera, estábamos cara a cara, algo separados. Le dije que estaba preocupada por Mi Amiga, pero que por otro lado no quería que se arruinase lo que habíamos hablado la tarde de antes durante el café. Él me dijo muy sereno y comprensivo, que no había de qué preocuparse, que si no podía ser esa noche, pues no pasaba nada; y yo le dije que yo quería, que él me gustaba, y que quería compartir eso con él. A mis veinte años, yo aún era virgen, y él lo sabía, de hecho creo que eso era el morbo que yo tenía, y lo que él buscaba. Y lo mejor de todo es que a mi no me importaba entregársela.

Estábamos en silencio, sólo nos mirábamos, y le dije que me enseñara a besar, que nunca lo había hecho. Se incorporó un poco y me dijo mientras se acercaba con una mano a mi mejilla: "a mi me gusta hacerlo despacio, disfrutando del momento" y posó sus labios sobre los míos. Él había cerrado los ojos, yo no quería perderme detalle; sin embargo me sentía extraña echando un pulso de lenguas con alguien que no me miraba, así que los cerré yo también. La cosa mejoró. Justo cuando nuestras manos empezaron a acariciarnos por encima de la ropa, se me ocurrió la maravillosa idea de preguntarle si llevaba condones encima, me dijo que no, pero que en la mochila sí tenía. Él me dijo que si yo tomaba la pastilla no pasaría nada, y yo le dije (estúpida de mi) que tomarla la tomaba, pero que él se había acostado con mas chicas y yo no quería pillar nada malo. Recuerdo que la cara le cambió, como si le hubiera insultado o herido, pero sin embargo me dijo "Lo entiendo". Se dispuso a salir, pero le dije que mejor se esperase dentro del baño, que no quería que ninguna de las otras le entretuviera, que ya iba yo. Cuando llegué al salón, Otra amiga estaba dormida en un sillón y ni Una amiga ni Mi amiga estaban allí; se oían risas en otra habitación. Así pues, decidí aprovechar esta alineación de planetas y buscar en los bolsillos de la mochila. Me tomó más tiempo del que esperaba, suficiente para que Otra amiga se despertara por el frufrú y me dijera "¡Hey! Carmen, ¿dónde está Alguien?", me puse nerviosa, porque había encontrado los condones y no quería sacarlos delante de ella, "En el baño, ahora sale" contesté y ella murmuró algo y se rascó la cabeza dejándose los pelos revueltos; aproveche para hacer un gesto muy sospechoso y guardármelos en el puño; salí de allí sin decirle nada más y me volví a meter en el baño.

Apenas habíamos retomado los besos y carantoñas cuando Una amiga comenzó a dar golpes en la puerta del baño increpando que qué estábamos haciendo ahí dentro. ¡¡Maldita envidiosa!! ¡Ella le había conocido esa noche! ¡yo era amiga suya desde hacía años! Le grité que ya salíamos, que estábamos hablando de cosas importantes, y ella intentaba echarnos diciendo que el baño lo tenían que usar más personas (¡Mentira!¡Que había otro en la casa!). Alguien me dijo con la mirada que nos olvidáramos del exterior, pero yo no podía. Muy fastidiada me levanté y me dispuse a salir. No me retuvo, sólo me siguió.

Nos volvimos donde estaba todo el mundo, para encontrarnos con Mi amiga con cara de no estar pasándoselo muy bien y Otra amiga medio adormilada aún. La verdad es que para mí la fiesta ya se había aguado hacía un rato. Mi amiga anunció que se iba a ir, que no estaba bien, como diciéndonos que la acompañásemos, pero no hice por donde, de hecho pensé "una menos". Hoy me siento sucia por aquello. Tampoco pasó mucho más hasta que Una amiga propuso a todo el mundo seguir la fiesta fuera e ir a algún local, así que aproveché para decir que yo prefería irme ya a casa, que había bebido suficiente y le pregunté a Alguien que si me acompañaba, Una amiga nos miró con los ojos entrecerrados y Otra amiga al escucharlo dijo que se venía con nosotros, que ella tenía sueño; No, el destino no me lo estaba poniendo precisamente fácil, no.

Decidí tomar un camino distinto al habitual, con la intención de que Otra amiga se separase al llegar a un punto, y viendo que no se iba le pregunté claramente "Oye, ¿tú no tenías sueño?", la muy inocente contestó "Ah, si, pero ya con el paseo me he despejado", no lo podía estar haciendo a propósito, la conocía demasiado bien, así que probé una vez más "Pero tu casa está para el otro lado, ¿no?" y ella con tooooda la inocencia del mundo me dijo que nos iba a acompañar un rato, que la conversación estaba entretenida. No lo podía soportar más, además me estaba comportando totalmente diferente a como yo era, estaba preocupada por si estaba causándole una mala impresión a Alguien pero ya a este punto lo único que quería era follar a cualquier precio, así que decidí ser clara: "Mira, Otra amiga, Alguien y yo tenemos que hablar sobre Mi amiga en privado, y llevamos toda la noche con interrupciones, así que ¿no te importaría irte a tu casa y dejarnos en paz?" Le sentó mal, ¡vaya que si le sentó mal! No recuerdo lo que contestó porque lo único que me importaba es que se iba. Pero estaba paranoica, cogí del brazo a Alguien y le susurré, "Por favor mira hacia atrás a ver si nos está siguiendo" me contestó que no, y respiré tranquilamente por primera vez en toda la noche. Él y yo, solos... ¿A dónde ir?.

Le dije que tenía las llaves de la casa de una vecina que se había ido de vacaciones y nos la había dejado para que le regáramos las plantas, que sólo se me ocurría ese sitio, pero que teníamos que tener cuidad que nadie nos viera entrar o salir y dejar los muebles de la casa lo más intactos posibles, y él le dijo que le pareció bien. ¡COÑO, YA ERA HORA! aceleré el paso sin darme cuenta, y llegamos enseguida. Comprobé el vecindario, aún era de noche así que no había mirones. Tras cerrar la puerta detrás nuestra le dije que en el salón mismo. Ahora todo fue mucho más salvaje. Los dos sabíamos lo que iba a ocurrir así que no hacía falta hablar. Sólo recuerdo que nos empezamos a quitar la ropa sin reparos, cuando me quité el sujetador no me dio vergüenza ninguna, estaba deseando que me agarrase y me comiese las tetas. Completamente desnudos y de pie le dije que me enseñara. Y vaya si me enseño. No voy a entrar en detalles. Sólo sé que cuando salimos de allí ya era de día y me sorprendió ver la hora. Me acompañó a casa y me besó una vez mas.

A los dos días se tuvo que volver a ir a la ciudad dónde trabajaba; no fue una excusa para no volver a vernos, yo sabía que era verdad, estaba deseando volver a verle. Los días siguientes todas las canciones de la radio empezaron a tomar sentido, cuanto mas ñoñas, más sentido tenían. No lo podía evitar, pero al mismo tiempo yo sabía que esto no duraría para siempre. Lo sabía incluso antes de empezar. Y no me importaba. Sólo pensaba en disfrutar el momento. Disfrutar la experiencia. Esos instantes. El recuerdo ha estado conmigo 10 años. En todo este tiempo nos hemos seguido viendo, pero como era de esperar, con una amistad muy especial. Tengo mucho que agradecerle. Así que en su honor escribí hace tiempo un poema:


Un fauno que me embauca
  con su vino y su flauta,
  todo con él es jauja.
  Su mirada me incauta
  y me rindo a su causa,
  danzo según su pauta.

martes, 26 de enero de 2016

“The Internet is for porn fun”
Hoy: The Guild

Es cierto que existe diversión, más allá del porno, dentro de Internet; pero éste es taaan amplio que es muy difícil dar con ella. Además, es común encontrarse en la red con referencias a series, videojuegos, personajes, memes, vídeos, entrevistas y un sinfín de situaciones, que se mezclan y degeneran en manos de los usuarios que las consumen, llegando a ser caricaturas de sí mismas, y haciendo que un recién llegado no entienda el despliegue de idioteces que hay frente a sus ojos; perdida la referencia se pierde la diversión, y todo pasa a ser mera información descontextualizada. Cómo sé que es sencillo perderse en un mundo tan cambiante, para eso mismo he venido:
Welcome to the internet, I'll be your guide
BIENVENIDOS A INTERNET
Yo seré su guía
Hoy os hablaré de una webserie creada en 2007 por Felicia Day; una pelirroja guapísima, con una sonrisa que para mi tiene mucho encanto; que, tras pasar dos años enganchada a WoW, decidió que tenía que plasmar esa experiencia personal de alguna forma.
Los tres primeros capítulos fueron grabados sin presupuesto, sólo con los recursos (localizaciones, atrezzo, cámara, vestuario) que fueron capaces de conseguir ya fuera de prestado, o con unos pocos dólares en la tienda de segunda mano (Tan famosas en los E.E.U.U.) y a partir de los guiones escritos por la propia Felicia. Tras denegarles Hollywood fondos para continuar la producción, añadieron un botón para donar a través de paypal, siendo los propios internautas quienes impulsaran la serie hasta llegar a tener seis temporadas online.
The Guild(?); refleja de forma fiel en capítulos que varían entre los 3 y 12 minutos, cómo de tristemente divertidas pueden ser las vidas reales de los diferentes tipos de jugadores que suele uno encontrar en el inmenso mundo virtual. Está enfocada desde el punto de narración de Cyd Sherman, una adicta al juego, cuya vida cambia cuando, tras tres días sin aparecer dentro del juego, Zaboo, otro jugador de su gremio se presenta en la puerta de su casa motivado por una conversación inocente que ha malinterpretado.
Para todas aquellas personas que, al igual que yo, han caído en algún momento de su vida en la delirante espiral que significan los MMORPG, esta webserie está llena de guiños y  situaciones llenas de significado a pesar de no contener ni una sola imagen, término o referencia que pueda dar pie a reconocer cuál es el juego al los protagonistas están jugando (spoilerEs el WoW). En última instancia, si nunca se ha tenido esa experiencia, se puede disfrutar como una Sitcom en la que los personajes tienen algún que otro trastorno social.
Con cada temporada, la calidad y trama han ido en aumento, tal como se puede ver en este videoclip promocional y su pegadiza canción:
Espero que el vídeo y la historia que os he contado os haya llamado la atención lo suficiente como para dedicarle un poco de tiempo.
Es suficiente Internet por hoy. Recordad que es peligroso navegar sin vuestro querido guía virtual de "The internet is for porn fun", así que, en mi ausencia, procurad tened una mano en el ratón y otra en el pantalón teclado.

domingo, 24 de enero de 2016

Arrojados y experimentales (II) - [Actualizado] - El perqué de tot plegat.

2 El perqué de tot plegat (El porqué de las cosas)

Me gusta pensar que escribir esconde un motivo ilusionante y primigenio. Me gusta pensar que es capaz de activar un click en el interior de otra persona. Me gusta convencerme, como hacía Alejandra Pizarnik, de que escribir esconde una terapia que exorciza, conjura y, además, repara*. Muchos de nosotros nos hemos convertido en profesionales de la escritura o profesionales del arte. Quizá, incluso, somos eso que llaman artistas, aunque claro, a estas alturas, quién no lo es. Creamos, muchos, porque nos pagan una miseria por ello, creamos para hacer caja, vendemos nuestras ideas a cambio de posicionamiento y de una ridícula sensación de renombre o, peor, dejamos nuestras ideas aparcadas en un futuro-cada-vez-menos-próximo mientras hablamos de cosas con desgana, cosas de títulos desgarradores y vacías de contenido, como si nuestra vida se desarrollase dentro de la Playground o (aún, sí) de Neo2.

¿dónde queda la libertad? ¿dónde queda la ilusión y el hecho de tener algo que decir?

¿cuando fue la última vez que dijimos algo?

Llevo toda mi vida luchando poco por conseguir esto y, cuando me fue dado, dejó de hacerme ilusión. Sí, vale, entra en juego el "efecto cerilla", incluso entra en juego esa tendencia que tenemos algunos de alejar de nosotros cuanto antes aquello que nos puede hacer sentir bien, o sentir, sin más (léase escritura, léase persona, léase salir todos los días a correr, léase ir al Botánico a tomar té). No recuerdo - si estamos en esto de ser sinceros - cuando fue la última vez que me esforcé. Quizá dije algo, sí, y quizá tenía sentido. Quizá era más que obvio y hasta quizá era bueno, pero aseguro que gasté en ello más tiempo que neuronas. Y luego me levanté y taché de mi calendario editorial la tarea y busqué la siguiente, abrí un documento nuevo y empecé. Así de mecánico es ser artista, así de mecomelamierda.

A veces, tengo que ir a algún evento-postureo. Los evito a toda costa, soy consciente de que sin ellos no eres nada y soy consciente de que los odio, ergo soy plenamente consciente y apenas me machaco con ello de que soy menos de lo que puedo ser debido simplemente a que otros sí van mientras yo me peleo con mis técnicas de evitación y las técnicas de acoso y derribo de mi timidez y agorafobia (nunca sé cuál es cuál). Por todo esto, mi ego se tortura por ello los domingos hacia las ocho. 

Cuando voy, no me lo paso bien, es más, diría que sufro muchísimo y por más que me convenza de que es una parte más de mi profesión, preferiría clavarme un cuchillo a ir (no exagero, he estado en puntos así). Bien, creo que ha quedado lo suficientemente claro que sufro por ello, que no suelo ir y que por eso sufro por ello y sí, señores, a esto se le llama círculo vicioso


Antes, yo iba a estas cosas porque sonaban muy bien o porque las hacían personas con las que había compartido procesos creativos o, simplemente, quería follar en los lavabos. Ahora, como digo, voy a pocas y, si voy, es por compromiso, me siento insegura y pequeña y no quiero incidir más en ello, pero de verdad, sufro. En medio de mi sudoración excesiva, palpitaciones y mareos, detecto levemente los vacíos, la gente vendiendo humo, las conversaciones de cóctel, los movimientos estudiados alrededor de la sala con un montón de gilipollas haciéndose notar y hablando de su mierda de obra como si fuesen los nuevos Leonardo (de hecho, uno se me presentó así una vez, diciendo: "Soy como Leonardo da Vinci, pero más").


Eli O.


* En PIZARNIK, A. (2000), Prosa completa. Lumen: Barcelona, p. 312, dice: 

Se ha dicho que el poeta es el gran terapeuta. En este sentido, el quehacer poético implicaría exorcisar, conjurar y, además, reparar. Escribir un poema es reparar la herida fundamental, la desgarradura. Porque estamos heridos. 

Ese condicional (el uso de "implicaría" en vez del presente taxativo "implica"), me confunde un poco. No sé si ella lo piensa así en realidad o no. En cualquier caso, seguramente ella tampoco. 

sábado, 23 de enero de 2016

Arrojados y experimentales (I) - [Actualizado] - El alivio.

1 El alivio.

He pensado en muchos modos de empezar a escribir aquí. He hecho bocetos diversos, después de follar, en la ducha, en el bus, y ninguno me convencía. Ahora sé por qué: creo que lo primero que quiero hacer es ser siniestra sincera y hablar de cómo están las cosas. Al fin y cabo, esto es un manifiesto.

Y, puestos a ser sinceros, no sé por qué he dado el paso. No sé si me estoy engañando y busco una realidad que ya no existe y/o si me cansaré de escribir en este lugar en dos semanas, como todas las otras veces en las que he empezado algo con mucha intensidad y a los dos días no me interesaba lo más mínimo (es el "efecto cerilla" del que habla Carmen Sarmiento)*. Quiero convencerme de que esto tiene algún sentido. Quiero convencerme de que a alguien le importa.

Pero, ¿me importa a mí?

Alrededor del proceso que hemos seguido para dar forma a este proyecto, muchas veces os miro y fantaseo con vosotros con que este blog navegará en su obsolescencia, y, un día, al azar, alguien lo encontrará, como hicimos nosotros con el blog de Manifiesto 19. Entonces, ese alguien se sentirá en cierto modo aliviado. ¿por qué? no lo sé exactamente. Pero así fue como me sentí yo. Aliviada con desconocidos que te entienden mejor que nadie, que tal vez han nacido antes que tú, o viven a años luz de ti, o que tienen perro y tú les tienes alergia, pero aliviada porque esas personas han existido y han decidido enfrentarse al miedo y expresar algo que ahora, en cualquier otro eje espacio-temporal, te ha hecho click.

Eli O.


* "A mí me pasa algo parecido. Yo le llamo "efecto cerilla", voy por la vida restregando el pensamiento por las ideas, hasta que en una saltan chispas y de repente es un fogonazo muy intenso, que al poco se baja a una llama constante, que dura lo que dure la madera/idea o hasta que me encuentro alguna traba (soplido).
Lo que me da pena es que lo sé, y por eso a veces no me involucro en algunos proyectos porque digo "es temporal". Lo que me alegra es que siempre puedo encender otra cerilla mientras queden dentro de la caja."


martes, 19 de enero de 2016

Cuando salgo de las sombras, subo demasiado alto, y la caída es casi mortal. Cuando te despides demasiado, pierdes las ganas de irte.

Hipomanía siempre llega para dotarme de productividad, me trae una emoción ardiente que me hace querer hacer cosas, y sentirme capaz de hacerlas todas. Un impulso repentino de organizar mi cocina, mi armario, mi vida.

Burbujea con un optimismo nuevo que confundo con mi cerebro, antes deprimido, estabilizándose. 

Los colores son más brillantes y la música es abrumadoramente hermosa.

La creatividad se dispara a través de mi cuerpo y me cosquillea mientras la inspiración intenta salir por mis poros. Música, pintura, poesía… las artes me hablan de forma que se vuelve necesario responder.

La ansiedad social de la depresión desaparece. Los pensamientos y las ideas vienen más rápidamente, el discurso más sofisticado y elocuente, la risa más clara. Cada persona se vuelve seductoramente fascinante.

Las ideas abundan, una y otra y otra, claramente separadas pero entrelazadas de forma natural y bella, pintoresca.

Las limitaciones físicas empiezan a irse lejos. El dolor es menos estridente, el hambre imperceptible, dormir no es necesario.

Me encuentro a mí mismo, tengo un don especial para lo más insospechado, incluyendo la habilidad de enamorarme una y otra vez, de forma condensada en minutos, segundos.

Se levanta la claridad perfecta en mi mente, colocando respuestas bajo la luz del sol. Entendimiento absoluto, inspiración espiritual me sigue allá donde voy.

Pero de repente cambia.

La felicidad perfecta deja pasar a la alegría delirante, una euforia que llega con tal ferocidad que amenaza con partirme en dos.

La alegría se desmorona en irritación, rabia, histeria.

Los pensamientos y las ideas empiezan a bombardearme, pasando más rápido de lo que cualquier humano podría soportar. La frustración me hierve cuando los demás no pueden seguir mi ritmo.

La línea entre las ideas buenas y malas ya no existe, y pierdo el sentido de mi identidad, de mi mismo. Me acuesto con gente a la que no quiero (ni me gusta), hago daño a alguien a quien quiero, y que me quiere, gasto dinero que no tengo en cosas que no necesito, me siento en mitad del tráfico para probar que soy invencible – el impulso imparable de actuar cada vez que aparece una idea.

La conexión que sentía antes y que me dio tanta esperanza de repente cambia a la empatía más allá de la posibilidad – puedo leer y manipular pensamientos de otros, y me gusta.

Soy especial, único, invencible, inmortal. Soy delírico.
Soy imprudente, cruel, violento. Soy peligroso.
Estoy asustado, estoy aterrorizado, estoy perdido. Estoy solo.


Siempre viviré con terror, sin esperanza, avergonzado de que ocurra otra vez.

Inmortalidad en una palabra

Plantar un árbol. Escribir un Libro. Tener un Hijo. Tres metas que, según la cultura popular, todo ser humano debería alcanzar para estar completo. El origen de esta sencilla, y a la vez compleja, triada, se le atribuye a José Julián Martí Pérez, filósofo cubano entre otros oficios. Otros textos dicen encontrar su origen en la traducción adaptada de un relato de Mahoma, último profeta del Islam, que decía: 
"La recompensa de todo trabajo que realiza el ser humano, finaliza cuando éste muere, excepto tres cosas: una limosna continua, un saber o un conocimiento beneficioso y un hijo piadoso que pide por él, cuando éste esté en la tumba".
Ambos manifiestos, pese a sus diferencias por el contexto temporal en el que se pronunciaron, acaban expresando la misma idea, aunque por razones desconocidas, siempre se han interpretado de una manera más bien literal.

El árbol plantado

Los seres humanos hemos demostrado en repetidas ocasiones que podemos tener sobre el ecosistema que habitamos un efecto parasitario, hasta tal punto que somos los principales responsables de la extinción de varias especies. Además, a lo largo de los años, los mercados han pasado del trueque de bienes a girar torno a un consumismo capitalista prácticamente globalizado, un sistema matemáticamente insostenible que se basa en el crecimiento continuo y cuyos canjes principales, cada día más, tienen la misma utilidad que una promesa y se sostienen con la firmeza del éter.


Si semejantes focos de recesión se compensasen con el simple hecho de plantar un árbol antes de fallecer, estaríamos salvados desde hace lustros, pero las cuentas no cuadran. Así pues, es necesario una segunda pensada en profundidad para llegar a la conclusión inequívoca de que plantar un árbol representa devolverle a la naturaleza lo que se ha cogido de ella. Es la sostenibilidad. Es la preservación de toda vida y la administración responsable de los recursos disponibles; principalmente los propensos a agotarse. Una empresa mucho más amplia y larga que la mera jardinería de andar por casa. Un logro que requiere una concienciación y dedicación continua.

El Libro escrito

Los pensamientos pugnan por no permanecer prisioneros en su propio palacio y perderse permanentemente en un pueril parpadeo. Procuran pasar pronto de persona en persona. Primero se presentaron pronunciándose en palabras, para posteriormente plasmarse en pinturas paleolíticas perdidas en profundas paredes de piedra; pequeños puntos presionados en planchas de prehistórica porcelana parda, pretéritos pictogramas perfectamente practicados en papiros y pergaminos a puño y pluma, ¿o porqué no? portadas plenas de páginas de papel prensado.
La escritura, como evolución natural del habla y esta a su vez del pensamiento, ha conseguido solidificar aquello que de otra forma se perdería con el paso del tiempo; atrapa algo espiritual y lo hace terrenal. Y ha sido así hasta hace poco, en que, tras un giro evolutivo más, se ha convertido a sí misma en mera energía vacía de forma, una esencia digital llena de invisibilidad. Por ello, es importante conocer que este enunciado hace referencia a la preservación del conocimiento de una forma reconocible, evitando que caiga en el olvido o que quede de alguna forma encriptado.

El hijo tenido

Con diferencia la parte que la cultura popular se ha tomado siempre de forma literal, pues además es una de las cuatro condiciones que define a los seres vivos como tales. El hijo como avatar de la descendencia y símbolo de perpetuación. Pero es cierto que cualquier época a la que nos asomemos encontraremos, sin necesidad de buscar mucho, ciertos individuos o grupos dentro de la sociedad, que no disponen de facilidades para tener dicha descendencia carnal directa. ¿Qué pasa entonces con ellos? ¿Estarán incompletos según los cánones universales? No. Para nada. Aún sin consanguinidad, cada generación tiene capacidad de encontrar a sus 'hijos' entre los fans, seguidores, iniciados, aprendices, alumnos, discípulos, vástagos, herederos, sucesores, profetas, mensajeros de la palabra, o en definitiva a cualquiera que, sin necesidad de ser familiar directo o indirecto, tome a otro como guía y mentor.
Esta relación entre dos personas, dependiendo de la forma en la que se desarrolle, puede incluso estar separada por la distancia o por la contemporaneidad, siempre que se encuentre el "libro" correcto y los "árboles" necesarios.

La suma de los tres

Se condensa en una palabra: "Legado". La parte de uno mismo que queda más allá de la propia existencia. La cúspide de la perpetuación como especie. Lo más parecido al alma religiosa; pues toma la esencia de personas del pasado, y la destila a través de las del presente, para formar a las del futuro, sumando, en cada ciclo, una gota a la fórmula.

lunes, 11 de enero de 2016

Space Farewell.


Hoy ha sido un día raro.

La noche, la he pasado dando vueltas en la cama, como un insecto en la lluvia que queda atrapado finalmente en un charco en el suelo y gira alrededor de un sumidero, luchando por no ser tragado.
A las 9 de la mañana, con un par de horas de sueño en el cuerpo, he salido a la calle y a pesar de ser 11 de enero, la lluvia, la niebla y el viento, hacía un inusitado bochorno creando una atmósfera tan incómoda como inoportuna.
Entro en una cafetería atestada de gente de miradas vacías pero llena de rutina, y entonces descubro una noticia que completa un día que apenas había comenzado; David Robert Jones, nacido en Londres en 1947, más conocido como David Bowie, ha muerto.
He salido de la cafetería aturdida, y de repente la atmósfera había cambiado por completo. Ahora el clima era más coherente. Hacía el frío correspondiente a la época del año, la lluvia y el aire eran molestos y el cielo tenía el tono gris propio de un lunes en el que la gente se está incorporando con suma pesadumbrez a sus puestos de trabajo después de estos días de vacaciones.
 

Hace sólo tres días, el 8 de enero, se publicaba el último álbum del artista coincidiendo con su 69 cumpleaños. “Blackstar”, su última obra, en la que se ha encargado de dejarnos un guión repleto de pistas, que completa su sentido y hoy asume un significado, una dimensión completada.

Él, que siempre ha sido enigmático y ha sabido jugar con nuestros sentidos como un ilusionista, sabía que pronto terminaríamos por entender su última obra, completándola de la forma más natural que existe; la muerte. Y es que Bowie siempre ha ido un paso por delante, siempre ha sido un gran mago.

Hoy ha cerrado el telón, dejando abierta una gran paradoja para la historia. Lo excéntrico, lo raro, lo difícil, ha terminado de la forma más sencilla y natural. Igual sucede con su última obra, siendo el resultado del anuncio de su muerte, su disco más vital.

El gran genio, ha reinventado la música en numerosas ocasiones, como los locos hacen con la vida, y como se reinventaba, camaleónico, a sí mismo con las múltiples personalidades en las que se ha reencarnado a lo largo de su extensa carrera (The Thin White Duke, Aladdin Sane, Halloween Jack, Ziggy Stardust…) Creo que el hecho de que hiciera ya tiempo que no mostrara un alter ego, era porque conscientemente quería dejarnos constancia de que él mismo sería su propia creación más ambiciosa, ahora siempre nos quedará su doppelganger en la atmósfera terrestre.

David Bowie también reinventó, entre tantas otras cosas, la Ciencia Ficción, haciéndola más palpable, accesible y contribuyendo a su expansión.

Quiero subrayar la versión que hizo Chris Hadfield de “Space Oddity”, a bordo de la Estación Espacial Internacional. Hace sólo 4 días, la NASA felicitaba a Bowie por su 69 cumpleaños.

Aquí la versión alabada por el propio Bowie, de Chris Hadfield, a bordo de la ISS:




“Space Oddity”, fue compuesta por Bowie cuando sólo tenía 22 años, fue lanzado en julio de 1969 coincidiendo con el aterrizaje del Apolo 11 en la Luna, y tiene numerosos guiños a 2001: Odisea en el Espacio, dirigida por el gran cineasta Stanley Kubrick.

Dos años después conocimos a uno de sus alter ego más famosos; Ziggy Stardust, un andrógino extraterrestre protagonista de su álbum “The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders From Mars”, el cual incluye la canción “Life on Mars?”, su venganza personal contra “My Way” de Frank Sinatra. 
Este disco, hizo sin duda que la Ciencia Ficción dejara de estar sólo en los libros y las películas de aquella época, aunque en estos campos tampoco se quedó atrás, ya que también protagonizó películas como “The man who fell to Earth” en la que interpretaba a un extraterrestre procedente de Anthea, un planeta al borde del Apocalipsis. Sus visiones apocalípticas también eran patentes ya en algunas de sus primeras canciones como “We are hungry men”

Más tarde, la canción “Scream like a baby” de su disco “Scary Monsters (And Super Creeps)” recuerda a la ficción distópica  y nostalgia futurista planteada por George Orwell en 1984.

Para terminar con su breve repaso en la Ciencia Ficción y en el cine, quiero destacar sus interpretaciones de “Goblin King” en “Labyrinth”, película que me hizo soñar de niña,  su papel de Nikola Tesla en “The Prestige”, dirigida por Christopher Nolan, y el onírico cameo en la famosa serie de David Lynch, Twin Peaks:




No voy a hacer una crónica sobre su carrera, porque es demasiado extensa, así que a continuación me voy a centrar en sus últimos días, en forma de humilde homenaje.

En “Blackstar”, un álbum compuesto por siete evocadoras canciones, Bowie ha incorporado un cuarteto de jazz, para no hacer jazz exactamente. A la producción, por supuesto, Tony Visconti.

El saxofón de Donny McCaslin, conocido por hacer versiones de artistas como Aphex Twin, tiene un papel protagonista en el álbum, pero en lugar de otorgar suavidad y melodía a las pistas, nos ofrece un sonido desasosegante, sin caer el caos, y subrayando la decadencia, la vesania, lo inquieto. Un saxo quejumbroso y lúgubre, pero que nos embelesa, que nos hipnotiza.

El single homónimo, una composición psicodélica de 9 minutos y 58 segundos, también resultó imponente. Un tema que le ha llevado fuera nuestra galaxia… una vez más.

 El inquietante comienzo, nos introduce con un ritmo sincopado que va abriéndose paso en la melodía y escuchamos la voz cantando en un tono casi litúrgico, como guiando un ritual. En el vídeo, vemos un esqueleto vestido de astronauta aterrizando en un paisaje árido, desértico, mutante y se puede ver como Bowie predica para una especie de religión ocultista.
Todo podría formar parte de las reflexiones del propio Bowie sobre la muerte.

“En la villa de Omen, se erige una vela solitaria, en el centro de todo, tus ojos”

Hace cinco días salía a la luz, “Lazarus” la crónica de una muerte anunciada. Su particular despedida, cuando nadie imaginaba que muy pronto volvería a formar parte de las estrellas que nunca dejaron de ser su segundo hogar. O más bien su casa habitual, siendo la Tierra una especie de residencia vacacional donde venía de vez en cuando a dejarnos estupefactos a los simples humanos.

Aquí el vídeo de “Lazarus” su testamento, su adiós a los terrícolas.






"Estoy en el cielo. Tengo cicatrices que no se pueden ver. Un drama que no puede ser robado. Todo el mundo me conoce ahora"


Podemos comprobar en esta última obra, como David Bowie fue alguien de quien todos tenemos mucho que aprender. Hasta sus últimos días nos ha demostrado que jamás se dejó llevar por lo frugal, y nunca perdió el deseo de aprender, de experimentar, y de trascender.


Farewell dear David.
Descansa en tu lecho de polvo de estrellas.

Siempre has sido un fantasma cósmico, ahora eres como una gigante roja que ha sido y es lo suficientemente grande como para engullir planetas.

Y aún después de morir, seguirás brillando billones de años, con el insuperable fulgor de una explosión de supernova.

Como una cucharada de materia de enana blanca, una canción tuya pesa muchas toneladas.

Como la estrella supergigante que eres, el polvo de tus elementos se dispersará por el espacio dando origen a otros planetas y estrellas a lo largo y ancho del cosmos.


Rest In Space.